El cuerpito de Mateo, un perro de cuatro años que ha acompañado durante casi toda su vida a Lucía, una hermosa niña de 6 años, yace en la carretera tras ser atropellado por un automóvil. La niña está desesperada, le suplica a su padre que por favor lo lleve a una veterinaria para que lo curen, pero su progenitor hace caso omiso. El perrito aún respiraba, y con atención médica hubiera sobrevivido. Mateo muere en el asfalto. En ese momento, Lucía no volvió a ser la misma, nunca más.
Una mañana, la madre de Lucía fue a despertarla para ir a la escuela y encontró a la niña boca abajo, con sus ojos desorbitados, fría y sin signos vitales. Aunque trató de reanimarla fue inútil. Al lado de ella había un dibujo de Mateo hecho por la pequeña, una alcancía y un frasco de veneno para ratas. En la alcancía había una nota que decía:
“Hola papi, extraño mucho a Mateo, hace rato que no jugamos juntos así que fui a buscarlo. Vi que los ratones que teníamos en casa desaparecieron con este tarrito. No te preocupes, soy solo una niña. En esta alcancía te dejé dinero para que te compres otra. Te ama, Lucía”
Miguel Alcalá (@AlcalaMigue)
- Tranquila cariño, es solo un perro, te compraremos otro — Le dice su padre mientras abraza a la niña inundada en llanto.
Una mañana, la madre de Lucía fue a despertarla para ir a la escuela y encontró a la niña boca abajo, con sus ojos desorbitados, fría y sin signos vitales. Aunque trató de reanimarla fue inútil. Al lado de ella había un dibujo de Mateo hecho por la pequeña, una alcancía y un frasco de veneno para ratas. En la alcancía había una nota que decía:
“Hola papi, extraño mucho a Mateo, hace rato que no jugamos juntos así que fui a buscarlo. Vi que los ratones que teníamos en casa desaparecieron con este tarrito. No te preocupes, soy solo una niña. En esta alcancía te dejé dinero para que te compres otra. Te ama, Lucía”
Miguel Alcalá (@AlcalaMigue)