Todo comienza una tarde lluviosa; nuestro protagonista y yo nos encontramos en un trancón, y el tiempo para hablar se amplía unos minutos. Me cuenta algunas historias comunes de taxistas, pero hubo una que me llamó bastante la atención por su crudeza. Él la comparte conmigo como una experiencia no solo como ‘transportador amarillo’ sino también para su vida… Jamás la olvidará. Eso dice al terminar el relato.
“Tengo radio – teléfono además de un GPS, así que conseguir servicios se hace mucho más fácil, no se vive en la incertidumbre de con qué nos va a salir el próximo pasajero porque no estamos tan expuestos como al recoger uno en la calle.
Me encontraba terminando un servicio, por el radio me anunciaron una carrera, no estaba tan lejos del sector que me anunciaban así que la tomé. Terminé la carrera y me dirigí rápido para allá. Al llegar a la dirección indicada, me encontré con una pareja discutiendo, paré y sin mediar palabra, ambos se subieron al taxi sin dejar de decirse palabras de alto calibre. Pensé que iban para un motel, pero no.
- Lléveme a las afueras de la ciudad, por la autopista sur. Yo le digo donde pare. Dijo el hombre con la voz acelerada.
- Sí señor. - Respondí.
Hice una maniobra para tomar el camino que nos llevaría a la autopista sur; sin embargo la pareja no dejaba de discutir acaloradamente, a continuación una parte de ella.
- Estoy cansado de ti, siempre con lo mismo ¿No tienes otro pretexto para amenazarme?
- No te estoy amenazando, solo que yo también me cansé de esta situación – Respondió la mujer.
- Sí, me estás amenazando y a mí nadie me hace eso. ¡NO HA NACIDO QUIEN LOGRE AMENAZARME Y TÚ NO SERÁS LA PRIMERA!
- Siempre que te hablo del tema te enojas, ¡ESTOY CANSADA! Hablaré con ella y se te caerá tu castillo naipes.
La discusión continuaba y cada vez más intensa con el transcurrir de los minutos. Las cosas no estaban ni estarían para nada bien.
- ¿QUIERES QUE TE ENSEÑE QUIÉN ES EL QUE MANDA EN ESTA RELACIÓN?
- ¿QUÉ VAS A HACER? NO ME DIGAS QUE ME VAS A PEGAR COMO SIEMPRE…
Cuando lo mujer terminó de decir esto. Ese salvaje comenzó a darle patadas y puños por todos lados del cuerpo. Arrinconó a la mujer en un costado del taxi y la golpeaba sin cesar. Mientras esto pasaba, yo obviamente tenía que intervenir antes de que ese animal la matara a golpes.
Me detuve a un lado de la carretera, todo estaba oscuro, ya que en ese momento las luminarias estaban dañadas.
- Bueno, hermano. No quiero peleas acá. Hágame el favor y la suelta o llamo a la policía. Métase con un hombre, cobarde – Le dije fuertemente.
- ¿Y SI NO QUIERO QUÉ? ¿ME VA A OBLIGAR? – Sacó un arma de fuego y me la puso en la frente.
- SI NO QUIERE QUE LE PEGUE UN PEPAZO, NO SE META EN LO QUE NO LE IMPORTA, ARRANQUE Y LLÉVEME A UNA ZONA BOSCOSA.
Tengo que aceptar que el miedo me ganó y el impulso que tenía se perdió. Arranqué y me dirigí a una zona de bosque que había más adelante a un lado de la carretera, que como dije, se encontraba totalmente a oscuras.
Llegamos y le dije:
- Esta es una zona boscosa, por aquí nadie viene.
- -¡CÁLLESE! NO ME DIGA LO QUE TENGO QUE HACER, YO LE INDICO DONDE PARE. SIGA MANEJANDO.
Le hice caso, él no me dejaba de apuntar con su arma. Así que no podía dármelas de héroe. La mujer estaba consciente a pesar de los muchos golpes que recibió; pero no paraba de llorar y de implorarle misericordia a su pareja.
-¡PARE AQUÍ! NI SE LE OCURRA HACER CUALQUIER ESTUPIDEZ PORQUE PARA USTED TAMBIÉN HAY BALAS- me dijo sin dejar de apuntarme, se bajó junto con la mujer, y mientras lo hacía la seguía golpeando y agarrando del pelo.
Lo primero que se me pasó por la mente es que inevitablemente este hombre iba a matar a su esposa, o quien fuera que sea. Así que me armé de valor y mientras ellos se adentraban en la zona boscosa, por el radio – teléfono anuncié una emergencia, con el GPS podían localizarme rápidamente. Mientras hacía esto se escuchó un tiro… el silenció reinó y yo quedé paralizado. Lo primero que se me vino a la cabeza era que ese loco había matado a aquella mujer. ¿AHORA VENDRÍA POR MI? Me metí al taxi rápidamente y lo encendí, pero al mismo tiempo de yo hacerlo, alguien gritando se acercaba a mi ¡ERA LA MUJER! Llorando, pidiendo ayuda empezó a golpear las ventanas del taxi, me bajé y le pregunté qué había pasado.
- ¡SE MATÓ, SE MATÓ! ¡SE PEGÓ UN TIRO EN LA CABEZA! - lloraba desconsoladamente y se desplomó en mis pies.
Pasó como una media hora, las autoridades llegaron. Una patrulla de la policía vino a inspeccionar lo que pasaba. Les conté todo puesto que la mujer estaba hecha nervios. En cuestión de minutos había 10 policías, agentes de criminalística y bomberos en el lugar. Se hizo el levantamiento de cuerpo y a los dos nos llevaron a la estación de policía más cercana para hacernos preguntas. Y encontramos muchas respuestas.
Estas fueron las declaraciones de la mujer mientras lloraba un río entero:
- ÉL ERA MI AMANTE, ESTÁBAMOS MAL, PORQUE DECÍA QUE SE IBA A SEPARAR DE LA MUJER, PERO NUNCA LO CUMPLÍA, ESTABA CANSADA Y QUERÍA HABLAR CON LA ESPOSA Y CONTARLE TODO. PERO JAMÁS PENSÉ QUE ESTO IBA A PASAR (seguía llorando)
- AHORA NO SÉ QUÉ HACER ¿QUÉ VA A SER DE MI? ÉL ME MANTENÍA, A PESAR DE TODO Y DE TANTAS VECES QUE ME GOLPEÓ YO LO AMABA. DEJÉ TODO: MI FAMILIA, MI ESPOSO. ADEMÁS ESTOY ESPERANDO UN HIJO DE ÉL. (las lágrimas continuaban)
- ¿Es decir que usted no era la esposa? Entonces debemos avisarle. ¿usted sabe quién es y dónde podemos localizarla? – Preguntó el policía.
- CLARO QUE SÉ… es mi hermana – respondió.